En el último número de la revista Neurology se publica una artículo que está dando bastante que hablar. Como es sabido, el diagnóstico de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) representa siempre un desafío para el médico. Las fasciculaciones constituyen una evidencia de denervación aguda y están presentes tan frecuentemente en la ELA que su ausencia suscita siempre dudas diagnósticas. Se sabía hasta ahora que la gran resolución espacial para el estudio del músculo que ofrecen los ultrasonidos (<0.1 mm) hacían a esta técnica altamente sensible para la detección de las fasciculaciones, incluso más que el examen clínico o el estudio electromiográfico. Sin embargo no existían estudios que hubieran evaluado el valor diagnóstico de los ultrasonidos en la ELA. Y esta es la novedad del artículo de Neurology.
Los autores utilizaron un transductor lineal de 8 MHz para examinar seis músculos en cada paciente, los mismos examinados electromiográficamente. En todos los casos el examinador utilizó un plano transverso para el estudio del músculo, evaluándolo en más de diez sitios diferentes mediante un protocolo en modo B, observando en cada sitio al menos 30 segundos la presencia o ausencia de fasciculaciones. En caso de aparecer supuestas fasciculaciones, se confirmaba mediante el modo M que se trataba de descargas irregulares. Se consideró que las fasciculaciones eran evidencia de denervación sólamente cuando se asociaban con una evidente denervación en el electromiograma.
El estudio concluye que la ultrasonografía muscular es mucho más sensible que el EMG para la detección de las fasciculaciones, incrementando significativamente el número de diagnósticos.
En este enlace podéis ver un vídeo de la Universidad Washington de Saint Louis que ilustra esta nueva aplicación.